Batallando con el ‘responsive design’ (y la porquería de Internet Explorer)

Siguiendo con la idea de crear un sitio personal con el solo propósito de aprender y experimentar, y con el escaso tiempo libre que dejan las obligaciones cotidianas, ya he subido una maqueta de prueba. Bastante trabajo teniendo en cuenta que hubiera podido elegir una plantilla lista para descargar, o usar los creadores automáticos de sitios del proveedor de hosting (muy recomendable en mi experiencia, por cierto: a diferencia de otros servicios de hosting gratuito sin publicidad, Hostinger tiene versiones de PHP y MySQL actualizadas para instalar la última versión de WordPress y MediaWiki entre otros servicios).

Sin embargo decidí aprender por mi cuenta la maquetación básica. Aunque todavía no está terminada la estructura del sitio (si no está claro aún el objetivo no se puede esperar otra cosa), la maqueta cumple con su propósito. No es fácil pasar del paradigma del WYSIWYG y de la maquetación en tablas, a trabajar sólo con código y con los nuevos estándares: HTML5 y CSS3, pero el resultado es bueno. Falta agregar contenido y el trabajo gráfico está aún por hacer, pero la maqueta responde bien al criterio del ‘responsive design’ ( o «diseño sensible», porque a los puristas del idioma la expresión «diseño responsivo» seguramente les molestará).

Haciendo pruebas, la maqueta se adapta bien a distintos tipos de pantalla, y la primera prueba en un smartphone con pantalla de 3″ fue buena: los componentes de la página se adaptan a los 200 px de ancho y la galería funciona bien, aunque dependiendo de la conexión tarda un poco en cargar. Fue muy útil lo que se puede encontrar en tutoriales y videos sobre Media Query para esto, a pesar de ciertos caprichos como tener dos imágenes en el head, o ciertos problemas con los menús desplegables. Sin embargo, algo verdaderamente frustrante fue ver cómo el sitio funcionaba perfectamente hasta que se abría con Internet Explorer.

No importan los hacks o plugins: la galería no se despliega correctamente, y si se hace funcionar, se despedaza el resto de la maqueta. Es la historia de siempre y la pesadilla de todo diseñador web: diseñar un sitio web decente, que cumpla con los estándares, que se vea bien en cualquier navegador… y que funcione también en esa abominación. Tampoco importa cuanto tiempo haya pasado: el odio hacia Microsoft y su Internet Explorer sigue vigente. Windows es en muchos casos un mal necesario (podría decirse mucho sobre la presión de Microsoft a desarrolladores y fabricantes, o del estado de las alternativas de software libre, pero es tema de otra discusión); aunque en cuanto a los navegadores ese no es el caso.

Si la web tiene estándares, los diseñadores se basan en ellos y los navegadores los cumplen perfectamente, entonces la actitud de Microsoft es incomprensible. Porque sus pretensiones de monopolizar la web a base de corromper los estándares son absurdas; más en estos tiempos de la «muerte del PC», de la computación en la nube, de las aplicaciones web y de la conectividad móvil en la que justamente Microsoft, a pesar de algunos avances, sólo ha dado palos de ciego frente a Android o iOS. Es ridícula su actitud de hacer elegir a usuarios o desarrolladores entre una web estándar o una compatible con un navegador inferior a todos en cualquier aspecto, que sólo se sostiene por venir preinstalado con Windows; un sistema a su vez impuesto por Microsoft a usuarios, desarrolladores y fabricantes. Y porque la gente, animales de costumbres, lo usan sólo por inercia.

El mundo fue testigo de la guerra de los navegadores y de las prácticas de Microsoft rayanas en la conducta mafiosa. Pero ahora el mundo no es como lo que Microsoft pretendía cuando «ganó» la guerra contra Netscape en 1998: un mundo sin competencia -y por tanto, sin innovación-, en el que el infame Internet Explorer 6 impuso sus estándares de facto y no cambió hasta el lanzamiento de IE7… seis años después. Seis. Paradójicamente Microsoft reconoce hoy a IE6 como su peor contribución al atraso de Internet con campañas para dejar de usarlo, y la prueba de lo malo de su navegador seguramente serán las campañas para de dejar de usar IE7, IE8, IE9… Como ya no uso esa bazofia, no sé si Internet Explorer se actualiza solo como cualquier navegador realmente moderno, pero francamente no sería raro.

Pero Microsoft no es el único culpable: tanto los usuarios que usan por inercia lo que les viene instalado, como los gobiernos que subordinan el interés público al de una empresa diseñando páginas de entidades públicas sólo para IE, tienen su cuota de responsabilidad. Muchos dirán que es cuestión de conciencia y divulgación. Admiro la paciencia y el conocimiento de los diseñadores para hacer compatibles sus diseños con ese vómito hecho software; pero yo no voy a perder tiempo con eso, así que adopté una medida temporal. SImplemente al cargar el sitio, si la página detecta que el navegador es Internet Explorer, redirige al usuario a otra página donde explico más o menos las mismas razones, e invito al usuario a descargar otro navegador. Iba a diseñar esa página como si estuviese hecha en Frontpage 98 o algo así, para demostrar el atraso que supone IE para la web, pero prefiero dedicar mi tiempo a terminar el sitio. Aunque no lo vea nadie por no tener interés. O el 31% de nadie por usar lo que unos ineptos con afán de dominar el mundo quieren que usemos.

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